PPE, PSE, ALDE y demás: Los partidos europeos (para una lista completa ver aquí)
podrían ser la clave para una democracia representativa a nivel europeo, pero hasta ahora apenas están presentes en el debate público. ¿Qué papel deberían desempeñar en la UE del futuro, y qué es necesario para llegar a ello? En una serie de artículos invitados, representantes de la política y de la ciencia política contestan aquí a esta pregunta. Hoy: Mar Garcia Sanz. (Ir al inicio de la serie.)
- “El protagonismo de los partidos europeos está directamente relacionado con la arquitectura institucional de la Unión.”
El
artículo
10.4 del Tratado de la UE reconoce a los partidos de ámbito europeo y les otorga dos funciones
principales: contribuir a la formación de la conciencia política
europea, y expresar la voluntad política de los ciudadanos de la
Unión Europea. ¿Tienen sentido los partidos europeos? Sí, sin
lugar a dudas. Si el objetivo es la creación de Europa como un
ámbito político propio y como sujeto político, todo ello exige
actores políticos que trasciendan los ámbitos estatales y actúen
desde una lógica europea.
¿Realmente
cumplen con las funciones para las que fueron creados? Sí, pero con
muchas dificultades. El protagonismo de los partidos de ámbito
europeo, el desarrollo de sus tareas de formación de conciencia y
expresión de la voluntad popular de los ciudadanos de la Unión es
directamente proporcional al proceso de creación de la Unión como
un ámbito político propio. El protagonismo de los partidos europeos
está directamente relacionado con la arquitectura institucional de
la Unión, que es quien determina los centros de poder y decisión. A
la existencia de una ciudadanía europea. A la creación de un
interés general común europeo. Los avances y retrocesos en el
proceso de construcción europea condicionan la capacidad y el
protagonismo de los partidos europeos.
Para
explicar estas dificultades en la acción de los partidos europeos
hay que referirse a sus causas estructurales, institucionales y
políticas. Lo haré de forma resumida y esquemática con los riesgos
que ello comporta.
Déficits
democráticos y de legitimación
Hoy
por hoy, la Unión Europea todavía se define como una confederación
de estados que han avanzado en crear instrumentos políticos,
económicos y monetarios comunes, insuficientes y algunos mal
diseñados como la Eurozona. Pero con un grave déficit de unión
política.
Una
Unión que arrastra déficits democráticos y de legitimación.
Sacudida por una crisis económica que ha impactado con especial
virulencia en los países del sur y este europeo. A estos países se
les ha impuesto políticas de austeridad fracasadas y representan
elevados niveles de sufrimiento social. Estas imposiciones fueron
protagonizadas por entes difusos e inaprensibles para las opiniones
publicas como son la “Troica”, los “hombres de negro”,
etcétera. Una Europa demasiadas veces vista bajo la tutela de
Alemania y sus intereses.
La
soberanía ya no se puede ejercer de forma aislada
Con
la crisis griega y en las negociaciones que se llevaron a cabo me
llamó mucho la atención la controversia entre Yanis Varoufakis
(Syriza/IE) cuando aludía a los compromisos del gobierno de Syriza
con su electorado y Wolfgang Schäuble (CDU/PPE) que le respondía
que él también tenía sus compromisos con el suyo. Esta polémica
reflejaba el gran problema que tenemos los europeos a la hora de
pensarnos como un sujeto más allá de nuestra realidad nacional o de
nuestro electorado nacional.
La
realidad es que no podemos ya ejercer nuestra soberanía de forma
aislada. Las políticas llevadas a cabo por los estados tienen
efectos extra-territoriales y comprometen la capacidad de
autogobierno de unos y otros. La Unión Europea es un denso espacio
de interdependencias. La crisis económica y su gestión han puesto
en evidencia la necesidad urgente de avanzar en una arquitectura
institucional de la Unión que permita un mejor gobierno de las
interacciones entre los diversos estados. De no hacerlo no nos debe
sorprender ni el repliegue estatal ni la aparición de movimientos
anti-europeístas.
Repliegue
nacional
La
gestión llevada a cabo por los estados de la grave crisis
humanitaria que representa la llegada de centenares de miles de
refugiados evidencia también las debilidades de la Unión y la
preeminencia de los intereses, egoístas, de los estados. Si a ello
añadimos la crisis de seguridad que sufrimos a raíz de los
atentados yihadistas, cerramos un circulo que compromete uno de los
mayores avances del proceso de construcción europea, el espacio
Schengen.
Un
panorama difícil. En pocos meses hemos normalizado nuevos términos
como Grexit o Brexit, nada positivos. Se ha llegado a contemplar la
salida de un país de la Eurozona, Grecia. El gobierno de David
Cameron (Cons./ACRE) en Gran Bretaña se compromete con un referéndum
que puede significar ya sea la salida de su país de la UE o más
pasos atrás en su construcción.
El
anti-europeísmo crece y muchas veces por medio de fuerzas políticas
que expresan lo peor de nuestra historia reciente. En cada país la
pulsión del repliegue nacional toma su forma.
Una
batalla democrática que se puede ganar
La
construcción europea es hoy una batalla democrática. Pero esta
batalla se puede ganar. Deshacer el camino andado sería un desastre
histórico.
Pertenezco
a una familia europea, la verde, profundamente europeísta, lo que
explica que mi escrito se pueda calificar de optimista respecto a
Europa y su sistema político. Ser optimista en esta difícil
encrucijada que atraviesa el proyecto europeo no es sinónimo de
ilusa, todo lo contrario; es la expresión de nuestra firme apuesta
por conseguir la utopía más realizable, que es EUROPA.
El
proyecto europeo es un proyecto inacabado, con graves deficiencias en
su concepción y arquitectura. En él se solapan las políticas
europeas con las políticas de los estados. En demasiadas ocasiones
Europa es más la suma y la resta de los intereses propios de los
estados que no la expresión de una política común. Los Verdes
somos plenamente conscientes de los problemas que hoy sufre la Unión
y la Eurozona. Pero insisto, soy optimista: La UE es nuestro presente
y nuestro futuro, porque es nuestra ventana a la globalización.
Visibilidad
y poder político
Los
partidos europeos, si queremos cumplir con la función que nos
otorgan los Tratados no solo debemos ser conscientes de la realidad y
las limitaciones que ésta nos impone sino también ser capaces de
desarrollar estrategias que nos permitan un doble objetivo:
visibilidad y poder político.
Ganar
visibilidad requiere un doble esfuerzo. Por un lado, el propio de los
partidos europeos, afrontando con propuestas las dificultades y
limitaciones estructurales del presente. Sería un grave error pensar
que todo depende del acierto en el management de los partidos;
también hacen falta buenas estrategias de comunicación. Por otro
lado, el compromiso de los partidos nacionales en europeizar los
debates nacionales. Europeizar los debates nacionales no como un
ejercicio voluntarioso de europeísmo, sino como reflejo de una
realidad: gran parte de las principales decisiones que afectan a las
condiciones de vida y de trabajo de nuestras ciudadanas y ciudadanos
se toman en la UE.
Trascender
la lógica nacional
Conquistar
poder político pasa en primer lugar por la capacidad de decisión
sobre las políticas y sobre la representación democrática. Ello
exige un doble proceso, el de la delegación de competencias de los
partidos miembros hacia su partido de ámbito europeo, y cambios
normativos, fundamentalmente en la legislación electoral, que
europeícen los procesos electorales europeos y la elección de por
ejemplo la presidencia de la Comisión.
Valoro
como muy positiva aunque limitada la experiencia de las elecciones
del pasado 2014 con la designación de candidatos y candidatas a
presidir la Comisión y la realización de debates entre ést@s. Para
los verdes fue también positiva la celebración de primarias para
elegir nuestr@s candidat@s a la presidencia de la Comisión. Este es
el camino, trascender la dinámica y la lógica de los estados y
avanzar en una lógica europea.
Europa
son hoy dificultades y oportunidades, pero sobre todo representa
valores. Un espacio de derechos y deberes. Y a pesar de las
dificultades un espacio de esperanza de que un mundo mejor es
posible.
Mar Garcia Sanz es secretaria general del Partido Verde Europeo (PVE).
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El futuro de los partidos europeos
1: Serienauftakt [DE]
2: Europäische Parteien: Von der Radnabe zum Netzwerk [DE] ● Reinhard Bütikofer
3: Europarties: up and growing or in decline? [DE / EN] ● Isabelle Hertner
4: On the Future Role of Europarties [DE / EN] ● Sir Graham Watson
5: Die europäischen Parteien als Verteidiger des europäischen Gemeinwohls [DE] ● Joseph Daul
6: Cocktail party or political party? On the future of the Pan-European parties [DE / EN] ● Julie Cantalou
7: « Il est naïf de penser que seules les directions de partis peuvent faire évoluer le débat vers plus d’Europe » [DE / FR] ● Gabriel Richard-Molard
8: Los partidos europeos y los límites y potenciales de Europa [DE / ES] ● Mar Garcia Sanz
9: Europarties – plentiful under-researched diamonds in the rough [DE / EN] ● Michael Kaeding y Niko Switek
10: Fédéraliser les partis d’une même famille politique [DE / FR] ● Pierre Jouvenat
1: Serienauftakt [DE]
2: Europäische Parteien: Von der Radnabe zum Netzwerk [DE] ● Reinhard Bütikofer
3: Europarties: up and growing or in decline? [DE / EN] ● Isabelle Hertner
4: On the Future Role of Europarties [DE / EN] ● Sir Graham Watson
5: Die europäischen Parteien als Verteidiger des europäischen Gemeinwohls [DE] ● Joseph Daul
6: Cocktail party or political party? On the future of the Pan-European parties [DE / EN] ● Julie Cantalou
7: « Il est naïf de penser que seules les directions de partis peuvent faire évoluer le débat vers plus d’Europe » [DE / FR] ● Gabriel Richard-Molard
8: Los partidos europeos y los límites y potenciales de Europa [DE / ES] ● Mar Garcia Sanz
9: Europarties – plentiful under-researched diamonds in the rough [DE / EN] ● Michael Kaeding y Niko Switek
10: Fédéraliser les partis d’une même famille politique [DE / FR] ● Pierre Jouvenat
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